Abrotano hembra (Santolina chamaecyparissus)
El abrotano hembra es una pequeña mata que
no crece más de 3 palmos.
Posee numerosos tallos delgados y empinados.
Las hojas son lineales y van desapareciendo a
medida que se asciende por la sumidad, hasta
dejar un trecho completamente desnudo.
Las cabezuelas tienen todas las flores iguales,
algunas veces muy velludas y otras veces
muy verdes, casi sin pelo.
Se cría en los collados pedregosos de los terrenos
calcáreos de gran parte del país, desde
la costa hasta altitudes próximas a los 2000
m.
Escasea por Asturias y Galicia.
Florece en junio, más o menos por San Juan,
y esta época se prolonga durante gran parte
del verano.
En algunas zonas del sur suele echar las flores
un poco antes.
De la recolección interesa la sumidad florida,
que se recoge en verano, poniéndose a secar
a la sombra o en secadero.
Como la planta posee una esencia, el envasado
debe ser hermético para no perderla.
El abrotano hembra es muy rico en esencia,
aunque la cantidad que presenta varía mucho
en función de la raza, el lugar en donde se
desarrolla y el estado en que se encuentre.
La composición de la esencia todavía está por
definir; se cree que contiene cetonas terpénicas
y azuleno, además de un alcohol, pero no
hay nada confirmado, ya que algunos estudios
que se habían realizado correspondían a las
esencias de otras especies.
En España, a las cabezuelas del abrotano
hembra se les atribuyen virtudes parecidas a
la manzanilla, esto es, se consideran aperitivas,
digestivas, antisépticas, expectorantes y
cicatrizantes.
En realidad, las primeras virtudes que se atribuyeron
a las sumidades floridas del abrotano
fueron las de la manzanilla, siendo más tarde
cuando se observó que era también vulneraria,
emenagoga e incluso vermífuga.
Está perfectamente indicada en digestiones
lentas, gases intestinales, dolores menstruales,
bronquitis, asma, anorexia y espasmos
gastrointestinales.
En uso externo se usa sobre todo en infusión
para la conjuntivitis, inflamación de los párpados
o blefaritis, estomatitis y vaginitis.
Como siempre que tenemos una esencia, hay
que guardar las debidas precauciones, sobre
todo en niños, por ser los más susceptibles de
sufrir intoxicación.
En nuestra Península crecen varias especies
de santolina -por el momento han sido poco
estudiadas- muy parecidas al abrotano hembra.
Al no disponerse de documentación sobre las
otras especies, cabe pensar que podría haber
alguna tóxica, por lo que la recolección debe
dejarse en manos de expertos.
Si queremos aprovechar sus virtudes, lo mejor
es acudir a algún experto en la materia a fin
de que pueda asesorarnos.
.- Infusión. Se recogen unos 5-8 capítulos florales
y se añaden a una taza de agua hirviendo.
De esta tisana se pueden tomar hasta 3 tazas
al día.
.- Esencia. La esencia ya preparada se puede
tomar a razón de 3-4 gotas, añadidas sobre
un terrón de azúcar, 3 veces al día.
.- Uso externo. La misma infusión anterior pero
más concentrada se puede emplear en
forma de colirios, baños oculares, enemas o
irrigaciones vaginales.
Antiséptico. Digestivo. Expectorante
Este blog esta dedicado al conocimiento de la micologìa y al mundo del medioambiente.
miércoles, 5 de enero de 2011
PLANTAS MEDICINALES.
Abrojo (Tribulus terrestris)
El abrojo es una hierba perteneciente a la familia
de las zigofiláceas.
Se caracteriza fundamentalmente por arrastrar
sus ramas por el suelo, las cuales pueden alcanzar
hasta un metro de longitud.
Las hojas se hallan enfrentadas y se componen
de cinco a ocho pares de hojuelas.
Las flores son pequeñas y el fruto seco.
Es una planta tan vellosa que en ocasiones
toma un aspecto blanquecino.
Se cría en bordes de caminos, zonas de mucho
escombro y en general sitios incultos de
toda la Península Ibérica.
El abrojo florece en primavera y verano, más o
menos a partir de mediados de abril.
Con fines terapéuticos se recolectan las partes
aéreas, lo que debe hacerse cuando los
frutos hayan madurado.
Los frutos contienen una sustancia de naturaleza
glucósida, todavía no muy bien definida.
Además, en toda la planta podemos encontrar
saponinas esteroídicas.
El resto de componentes de esta hierba no se
conoce por el momento, aunque tampoco interesa
saber más, ya que esta planta puede resultar
tóxica a dosis medias por la presencia
de las saponinas que antes mencionábamos;
por tanto, su administración debe estar muy
controlada y hay que recordar asimismo que
se debe prescribir a dosis bajas.
Popularmente el abrojo se ha utilizado como
analgésico moderado, diurético y espasmolítico
por vía interna y astringente por vía externa.
En algunas zonas se le atribuyen además
propiedades como hipotensor, es decir, que
reduce la tensión arterial.
En cuanto a sus frutos, se utilizan como tónicos
y en algunos sitios se emplean como astringentes
en hemorragias y disentería.
Pero no hay que olvidar que en toda la planta
se hallan las saponinas esteroídicas, tóxicas a
dosis altas.
Por tanto, no debe emplearse si no es por
prescripción del médico.
.- Infusión. Partimos de las partes aéreas de la
planta.
Se toma una cucharadita pequeña de la misma
y se añade una taza de agua hirviendo.
La dosis usual es de 2 a 3 tazas al día.
.- Decocción. Es más popular preparar una
decocción al 2-4%, o una maceración al 2%,
tomando 11/4 l. al día en ayunas.
.- Uso externo. En forma de lavados, compresas
o fricciones, se emplea la decocción sobre
heridas aftas o eccemas.
El abrojo es una hierba perteneciente a la familia
de las zigofiláceas.
Se caracteriza fundamentalmente por arrastrar
sus ramas por el suelo, las cuales pueden alcanzar
hasta un metro de longitud.
Las hojas se hallan enfrentadas y se componen
de cinco a ocho pares de hojuelas.
Las flores son pequeñas y el fruto seco.
Es una planta tan vellosa que en ocasiones
toma un aspecto blanquecino.
Se cría en bordes de caminos, zonas de mucho
escombro y en general sitios incultos de
toda la Península Ibérica.
El abrojo florece en primavera y verano, más o
menos a partir de mediados de abril.
Con fines terapéuticos se recolectan las partes
aéreas, lo que debe hacerse cuando los
frutos hayan madurado.
Los frutos contienen una sustancia de naturaleza
glucósida, todavía no muy bien definida.
Además, en toda la planta podemos encontrar
saponinas esteroídicas.
El resto de componentes de esta hierba no se
conoce por el momento, aunque tampoco interesa
saber más, ya que esta planta puede resultar
tóxica a dosis medias por la presencia
de las saponinas que antes mencionábamos;
por tanto, su administración debe estar muy
controlada y hay que recordar asimismo que
se debe prescribir a dosis bajas.
Popularmente el abrojo se ha utilizado como
analgésico moderado, diurético y espasmolítico
por vía interna y astringente por vía externa.
En algunas zonas se le atribuyen además
propiedades como hipotensor, es decir, que
reduce la tensión arterial.
En cuanto a sus frutos, se utilizan como tónicos
y en algunos sitios se emplean como astringentes
en hemorragias y disentería.
Pero no hay que olvidar que en toda la planta
se hallan las saponinas esteroídicas, tóxicas a
dosis altas.
Por tanto, no debe emplearse si no es por
prescripción del médico.
.- Infusión. Partimos de las partes aéreas de la
planta.
Se toma una cucharadita pequeña de la misma
y se añade una taza de agua hirviendo.
La dosis usual es de 2 a 3 tazas al día.
.- Decocción. Es más popular preparar una
decocción al 2-4%, o una maceración al 2%,
tomando 11/4 l. al día en ayunas.
.- Uso externo. En forma de lavados, compresas
o fricciones, se emplea la decocción sobre
heridas aftas o eccemas.
Etiquetas:
ECOLOGIA,
MEDIOAMBIENTE,
PLANTAS MEDICINALES
PLANTAS MEDICINALES.
Abeto (Abies alba)
El abeto es un árbol de gran porte que puede
llegar a alcanzar los 60 metros de altura; de
tronco recto y corteza relativamente lisa, grisácea,
con la copa piramidal, se mantiene
verde todo el año.
Las ramas las tiene ordenadas por pisos, extendidas.
El abeto tiene flores machos y hembras, pero
sobre el mismo pie.
Forma piñas rollizas, de no más de 5 cm. de
anchura, prolongadas y erguidas sobre las
ramas, con las escamas que recubren las semillas.
Estas piñas no se desprenden del árbol, como
hacen las de los pinos, sino que se descomponen
en las ramas después de madurar y
van soltando piñones y escamas, dejando así
pelado el eje de la piña.
Se cría formando abetales en la mayor parte
del Pirineo, sobre todo en sus vertientes más
septentrionales.
Florece en primavera y las piñas maduran durante
el otoño siguiente.
De la recolección interesan yemas, hojas,
corteza y resinas.
De las yemas se saca una resina y una esencia
compuesta de limoneno y pineno.
De las hojas obtenemos glucósidos, piceina y
también una esencia.
En la corteza encontramos celulosa, minerales
y taninos.
Y por último en la resina tenemos el compuesto
más característico de este árbol, que
es la esencia de trementina: ésta se acumula
en lagunas o vejigas corticales durante la primavera
y el otoño; se presenta líquida y, aunque
viscosa, es casi tan fluida como el aceite.
Destilando esta trementina -generalmente en
vapor de agua a temperatura no demasiado
elevada- se obtiene la esencia, además de
otros compuestos.
La trementina de abeto ha gozado siempre de
mucha fama entre las gentes de pueblo.
Tiene propiedades balsámicas, expectorantes
y antisépticas de las vías respiratorias y urinarias.
En uso externo es rubefaciente, es decir, que
aplicado sobre la piel la enrojece e inflama,
aprovechándose esta virtud para aplicar sobre
ella otros medicamentos que penetren mejor
en la piel.
Hay que recordar que, al tratarse de una
esencia, se deben guardar las debidas precauciones
por la posible aparición de irritaciones
y alergias.
.- Infusión. A partir de las yemas o de las hojas.
.- Tintura. De 10 a 20 gotas de la tintura, tres
veces al día.
.- Extractos. Se pueden encontrar tanto el extracto
seco como el fluido, y ambos tienen
idéntico uso.
Balsámico. Antiséptico. Rubefaciente.
El abeto es un árbol de gran porte que puede
llegar a alcanzar los 60 metros de altura; de
tronco recto y corteza relativamente lisa, grisácea,
con la copa piramidal, se mantiene
verde todo el año.
Las ramas las tiene ordenadas por pisos, extendidas.
El abeto tiene flores machos y hembras, pero
sobre el mismo pie.
Forma piñas rollizas, de no más de 5 cm. de
anchura, prolongadas y erguidas sobre las
ramas, con las escamas que recubren las semillas.
Estas piñas no se desprenden del árbol, como
hacen las de los pinos, sino que se descomponen
en las ramas después de madurar y
van soltando piñones y escamas, dejando así
pelado el eje de la piña.
Se cría formando abetales en la mayor parte
del Pirineo, sobre todo en sus vertientes más
septentrionales.
Florece en primavera y las piñas maduran durante
el otoño siguiente.
De la recolección interesan yemas, hojas,
corteza y resinas.
De las yemas se saca una resina y una esencia
compuesta de limoneno y pineno.
De las hojas obtenemos glucósidos, piceina y
también una esencia.
En la corteza encontramos celulosa, minerales
y taninos.
Y por último en la resina tenemos el compuesto
más característico de este árbol, que
es la esencia de trementina: ésta se acumula
en lagunas o vejigas corticales durante la primavera
y el otoño; se presenta líquida y, aunque
viscosa, es casi tan fluida como el aceite.
Destilando esta trementina -generalmente en
vapor de agua a temperatura no demasiado
elevada- se obtiene la esencia, además de
otros compuestos.
La trementina de abeto ha gozado siempre de
mucha fama entre las gentes de pueblo.
Tiene propiedades balsámicas, expectorantes
y antisépticas de las vías respiratorias y urinarias.
En uso externo es rubefaciente, es decir, que
aplicado sobre la piel la enrojece e inflama,
aprovechándose esta virtud para aplicar sobre
ella otros medicamentos que penetren mejor
en la piel.
Hay que recordar que, al tratarse de una
esencia, se deben guardar las debidas precauciones
por la posible aparición de irritaciones
y alergias.
.- Infusión. A partir de las yemas o de las hojas.
.- Tintura. De 10 a 20 gotas de la tintura, tres
veces al día.
.- Extractos. Se pueden encontrar tanto el extracto
seco como el fluido, y ambos tienen
idéntico uso.
Además se puede usar de forma externa en
baños, inhalaciones, linimentos, ungüentos o
emplastos.
Balsámico. Antiséptico. Rubefaciente.
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MEDIOAMBIENTE,
PLANTAS MEDICINALES
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