miércoles, 5 de enero de 2011

PLANTAS MEDICINALES.

Abrotano hembra (Santolina chamaecyparissus)





El abrotano hembra es una pequeña mata que

no crece más de 3 palmos.



Posee numerosos tallos delgados y empinados.





Las hojas son lineales y van desapareciendo a

medida que se asciende por la sumidad, hasta

dejar un trecho completamente desnudo.



Las cabezuelas tienen todas las flores iguales,

algunas veces muy velludas y otras veces

muy verdes, casi sin pelo.



Se cría en los collados pedregosos de los terrenos

calcáreos de gran parte del país, desde

la costa hasta altitudes próximas a los 2000



m.



Escasea por Asturias y Galicia.



Florece en junio, más o menos por San Juan,

y esta época se prolonga durante gran parte

del verano.



En algunas zonas del sur suele echar las flores

un poco antes.



De la recolección interesa la sumidad florida,

que se recoge en verano, poniéndose a secar

a la sombra o en secadero.



Como la planta posee una esencia, el envasado

debe ser hermético para no perderla.



El abrotano hembra es muy rico en esencia,

aunque la cantidad que presenta varía mucho

en función de la raza, el lugar en donde se

desarrolla y el estado en que se encuentre.



La composición de la esencia todavía está por

definir; se cree que contiene cetonas terpénicas

y azuleno, además de un alcohol, pero no

hay nada confirmado, ya que algunos estudios

que se habían realizado correspondían a las

esencias de otras especies.



En España, a las cabezuelas del abrotano

hembra se les atribuyen virtudes parecidas a

la manzanilla, esto es, se consideran aperitivas,

digestivas, antisépticas, expectorantes y

cicatrizantes.



En realidad, las primeras virtudes que se atribuyeron

a las sumidades floridas del abrotano

fueron las de la manzanilla, siendo más tarde

cuando se observó que era también vulneraria,

emenagoga e incluso vermífuga.



Está perfectamente indicada en digestiones

lentas, gases intestinales, dolores menstruales,

bronquitis, asma, anorexia y espasmos

gastrointestinales.



En uso externo se usa sobre todo en infusión

para la conjuntivitis, inflamación de los párpados

o blefaritis, estomatitis y vaginitis.



Como siempre que tenemos una esencia, hay

que guardar las debidas precauciones, sobre

todo en niños, por ser los más susceptibles de

sufrir intoxicación.



En nuestra Península crecen varias especies

de santolina -por el momento han sido poco

estudiadas- muy parecidas al abrotano hembra.





Al no disponerse de documentación sobre las

otras especies, cabe pensar que podría haber

alguna tóxica, por lo que la recolección debe

dejarse en manos de expertos.



Si queremos aprovechar sus virtudes, lo mejor

es acudir a algún experto en la materia a fin

de que pueda asesorarnos.



.- Infusión. Se recogen unos 5-8 capítulos florales

y se añaden a una taza de agua hirviendo.





De esta tisana se pueden tomar hasta 3 tazas

al día.



.- Esencia. La esencia ya preparada se puede

tomar a razón de 3-4 gotas, añadidas sobre

un terrón de azúcar, 3 veces al día.



.- Uso externo. La misma infusión anterior pero

más concentrada se puede emplear en

forma de colirios, baños oculares, enemas o

irrigaciones vaginales.



Antiséptico. Digestivo. Expectorante

PLANTAS MEDICINALES.

Abrojo (Tribulus terrestris)




El abrojo es una hierba perteneciente a la familia

de las zigofiláceas.



Se caracteriza fundamentalmente por arrastrar

sus ramas por el suelo, las cuales pueden alcanzar

hasta un metro de longitud.



Las hojas se hallan enfrentadas y se componen

de cinco a ocho pares de hojuelas.



Las flores son pequeñas y el fruto seco.



Es una planta tan vellosa que en ocasiones

toma un aspecto blanquecino.



Se cría en bordes de caminos, zonas de mucho

escombro y en general sitios incultos de

toda la Península Ibérica.



El abrojo florece en primavera y verano, más o

menos a partir de mediados de abril.



Con fines terapéuticos se recolectan las partes

aéreas, lo que debe hacerse cuando los

frutos hayan madurado.



Los frutos contienen una sustancia de naturaleza

glucósida, todavía no muy bien definida.



Además, en toda la planta podemos encontrar

saponinas esteroídicas.



El resto de componentes de esta hierba no se

conoce por el momento, aunque tampoco interesa

saber más, ya que esta planta puede resultar

tóxica a dosis medias por la presencia

de las saponinas que antes mencionábamos;

por tanto, su administración debe estar muy

controlada y hay que recordar asimismo que

se debe prescribir a dosis bajas.





Popularmente el abrojo se ha utilizado como

analgésico moderado, diurético y espasmolítico

por vía interna y astringente por vía externa.





En algunas zonas se le atribuyen además

propiedades como hipotensor, es decir, que

reduce la tensión arterial.



En cuanto a sus frutos, se utilizan como tónicos

y en algunos sitios se emplean como astringentes

en hemorragias y disentería.



Pero no hay que olvidar que en toda la planta

se hallan las saponinas esteroídicas, tóxicas a

dosis altas.



Por tanto, no debe emplearse si no es por

prescripción del médico.



.- Infusión. Partimos de las partes aéreas de la

planta.



Se toma una cucharadita pequeña de la misma

y se añade una taza de agua hirviendo.



La dosis usual es de 2 a 3 tazas al día.



.- Decocción. Es más popular preparar una

decocción al 2-4%, o una maceración al 2%,

tomando 11/4 l. al día en ayunas.



.- Uso externo. En forma de lavados, compresas

o fricciones, se emplea la decocción sobre

heridas aftas o eccemas.

PLANTAS MEDICINALES.

Abeto (Abies alba)




El abeto es un árbol de gran porte que puede

llegar a alcanzar los 60 metros de altura; de

tronco recto y corteza relativamente lisa, grisácea,

con la copa piramidal, se mantiene

verde todo el año.



Las ramas las tiene ordenadas por pisos, extendidas.





El abeto tiene flores machos y hembras, pero

sobre el mismo pie.



Forma piñas rollizas, de no más de 5 cm. de

anchura, prolongadas y erguidas sobre las

ramas, con las escamas que recubren las semillas.





Estas piñas no se desprenden del árbol, como

hacen las de los pinos, sino que se descomponen

en las ramas después de madurar y

van soltando piñones y escamas, dejando así

pelado el eje de la piña.



Se cría formando abetales en la mayor parte

del Pirineo, sobre todo en sus vertientes más

septentrionales.



Florece en primavera y las piñas maduran durante

el otoño siguiente.



De la recolección interesan yemas, hojas,

corteza y resinas.



De las yemas se saca una resina y una esencia

compuesta de limoneno y pineno.



De las hojas obtenemos glucósidos, piceina y

también una esencia.



En la corteza encontramos celulosa, minerales

y taninos.



Y por último en la resina tenemos el compuesto

más característico de este árbol, que

es la esencia de trementina: ésta se acumula

en lagunas o vejigas corticales durante la primavera

y el otoño; se presenta líquida y, aunque

viscosa, es casi tan fluida como el aceite.



Destilando esta trementina -generalmente en

vapor de agua a temperatura no demasiado

elevada- se obtiene la esencia, además de

otros compuestos.



La trementina de abeto ha gozado siempre de

mucha fama entre las gentes de pueblo.



Tiene propiedades balsámicas, expectorantes

y antisépticas de las vías respiratorias y urinarias.





En uso externo es rubefaciente, es decir, que

aplicado sobre la piel la enrojece e inflama,

aprovechándose esta virtud para aplicar sobre

ella otros medicamentos que penetren mejor

en la piel.



Hay que recordar que, al tratarse de una

esencia, se deben guardar las debidas precauciones

por la posible aparición de irritaciones

y alergias.



.- Infusión. A partir de las yemas o de las hojas.





.- Tintura. De 10 a 20 gotas de la tintura, tres

veces al día.



.- Extractos. Se pueden encontrar tanto el extracto

seco como el fluido, y ambos tienen

idéntico uso.



Además se puede usar de forma externa en

baños, inhalaciones, linimentos, ungüentos o

emplastos.



Balsámico. Antiséptico. Rubefaciente.