lunes, 14 de marzo de 2011

PLANTAS MEDICINALES

Acónito (Aconitum napellus)

El acónito es una planta vivaz que muere entrado
el otoño, renaciendo ya en la primavera,
cuando de sus raíces en forma de pequeño
nabo brotan los nuevos vástagos.

Posee tallos erguidos y hojas alternas palmeadas;
en la parte superior del tallo encontramos
un racimo de flores azules que tiene
una característica forma de casco.

Es una hierba que se cría en los bordes de los
arroyos.

En España se encuentra repartida por todo el
Pirineo, en la cordillera cantábrica y en casi
todas las montañas de la mitad septentrional
de la Península.

El anapelo florece en verano.

De la recolección interesa sobre todo la raíz,
que es la que se usa en farmacia para la extracción
de principios activos; ésta tiene forma
de tubérculo y puede confundirse con otras
plantas comestibles, lo que podría dar lugar a
un error garrafal pues el acónito es una de las
plantas más venenosas que existen sobre la
tierra.

Por este motivo, la recolección debe dejarse
en manos de personal especializado.

Una vez arrancados los tubérculos, se limpian
a fondo, se cortan longitudinalmente y se ponen
a secar a una temperatura entre 40° y 50°

C.

De las hojas también se pueden extraer principios
activos, aunque en menor cantidad y de
menor calidad.

Es una planta tremendamente tóxica: baste
decir que con 3-4 g. de tubérculo fresco se
puede matar a un adulto normal.

El compuesto más importante de esta planta y
responsable de sus acciones- es la aconitina;
esta sustancia está presente en la raíz, tallo
y hojas no sólo de esta especie sino de
otras muchas especies afines.


A la aconitina se la considera uno de los venenos
más potentes que existen en el mundo
vegetal.

Con fines terapéuticos se ha utilizado como
analgésico, ya que modifica las terminaciones
nerviosas.

También se sabe que tiene ciertas propiedades
antitusivas, febrífugas, descongestionantes
y vasoconstrictoras, además de ser un sedante
leve.

Pero para que la ingesta de aconitina no produzca
serias intoxicaciones debe administrarse
en concentraciones muy bajas y rigurosamente
controladas por personal cualificado.

La intoxicación comienza con un estado de
excitación general, con sensación de adormecimiento
de labios, lengua y garganta; más
tarde pueden aparecer molestias gastrointestinales,
seguidas de una bajada de la temperatura
corporal; por último, puede aparecer parálisis
del aparato respiratorio y circulatorio
que, en último término, conducen a la muerte
por asfixia.

Entre sus virtudes terapéuticas vía externa
cabe mencionar que parece ser un buen crecepelo
y que ayuda a aliviar las inflamaciones
cuando éstas son congestivas y no microbianas.


Antiguamente gozaba de una curiosa popularidad
como planta antipiojos y contra la sarna
del ganado; pero esta aplicación cayó rápidamente
en desuso, ya que a través de la piel es
posible absorber cierta cantidad de aconitina,
suficiente para desencadenar los síntomas
fatales.

Al ser una planta tan peligrosa se desaconseja
su uso casero en cualquier forma.

Sus virtudes se encuentran en otras muchas
plantas, menos peligrosas e igualmente eficaces.


Tóxico. Analgésico. Sedante